Técnicas para la germinación de semillas Posted on 8 Oct 19:32 , 2 comments

En nuestro huerto urbano disponemos de diversas técnicas para sembrar o hacer germinar nuestras semillas. Entre estas, las más comunes son; la germinación utilizando semilleros, la siembra directa, la siembra por voleo, la siembra en sustratos agrícolas y la germinación en papel toalla. Todos ellos son métodos probados y efectivos. La elección de un método de siembra debe depender del tipo de semilla que pretendemos germinar.

Cuando optamos por el uso del semillero para hacer la siembra debemos considerar el tipo de sustrato a utilizar. Lo mejor es utilizar un sustrato de comienzo (seed starting mix) o utilizar una mezcla de tierra (50%) con composta (50%). Es recomendable que el sustrato este bien cernido. Muchas tierras comerciales vienen con exceso de partículas que pueden afectar las condiciones del semillero y causar problemas en la germinación.  Se debe tener en cuenta la profundidad a la que se entierra la semilla que debe ser proporcional al doble de su tamaño. Cuando la semilla es demasiado pequeña solo basta con colocarla sobre el sustrato y no se debe enterrar. Una vez se realiza la siembra se debe mantener el sustrato húmedo y proteger el semillero de animales e insectos que puedan desenterrar las semillas. Para acelerar el proceso de germinación puede cubrirse el semillero con una bolsa plástica para crear un efecto de invernadero hasta que las semillas germinen o utilizar una tapa plástica transparente para germinadores disponibles en tiendas agrícolas. Las plántulas germinadas podrán trasplantarse a su lugar definitivo una vez tengan entre 4 a 6 hojas. El método de siembra en germinadores tiene la ventaja que permite un mayor control de los factores ambientales durante la germinación y permite obtener plántulas desarrolladas y fuertes en mejores condiciones para su adaptación al trasplante a cielo abierto.

La siembra directa se refiere a sembrar la semilla directamente en su lugar definitivo como lo sería una cama de cultivo o un tiesto adecuado para la planta que se está sembrando. Aunque la siembra en semillero es la ideal para casi todas las semillas de hierbas, vegetales y frutas, hay algunas variedades que se desarrollan mejor cuando se hace siembra directa o simplemente prosperan igual con este método. Entre las semillas que podemos utilizar para hacer siembra directa están el quimbombó, el gandul  y las leguminosas como las habichuelas. Al hacer siembra directa al suelo es importante acondicionar el terreno con prioridad. Se debe aflojar el suelo utilizando un pico y luego rastrillarlo para que quede suelo. Se le puede añadir una capa de composta para ayudar a aumentar su fertilidad. Luego de la siembra se debe mantener el suelo húmedo durante el proceso de germinación.

La siembra por voleo se refiere al simple hecho de tirar las semillas al viento en el lugar deseado para la germinación. Este método no suele recomendarse en el huerto debido a que presenta la desventaja de que se pierden muchas semillas. No obstante hay semillas que pueden crecer bien con este método como lo es el caso de las semillas muy pequeñas como el culantro y la mayoría de semillas silvestres.

La siembra en sustrato agrícola usualmente se utiliza en tipos de cultivos especializados como la hidroponía o acuaponia. Existen diferentes tipos de sustratos agrícolas naturales y sintéticos. Entre los naturales podemos mencionar la fibra de coco, la cascarilla de arroz y entre los sintéticos la espuma agrícola y el peatmoss, entre muchos otros. Estos sustratos tienen la ventaja que son estériles y no transmiten enfermedades tempranas a las semillas como lo serian algunos tipos de hongos. Una vez se obtiene la germinación se debe realizar el trasplante al sistema de cultivo entre los 8-10 días para que las plántulas comiencen a recibir su nutrición, ya que estos sustratos no contienen nutrientes que puedan aportar a las plantas.

Muchos huerteros optan por la técnica de germinar sus semillas en papel toalla humedecido y hacer la siembra una vez lograda la germinación. En este método se humedece un pliegue de papel toalla sobre el cual se colocan las semillas. Luego las semillas se cubren con otro pliegue de papel toalla humedecido. Las semillas envueltas en el papel se colocan en un lugar donde reciba calor como lo seria encima de una nevera. Mientras ocurre la germinación se debe observar que el papel toalla permanezca humedecido. Una vez las semillas germinan se siembran en tiestos a la profundidad recomendada. Esta técnica tiene la ventaja de permitir ver el proceso de germinación, mantener un control de los factores de germinación y de proveer un campo prácticamente estéril durante el proceso de germinación.

Además de la técnica de siembra, los sustratos, las condiciones ambientales, el tamaño de la semillas y la profundidad de la siembra, existen  otros factores que debemos considerar al momento de germinar nuestras semillas. Por ejemplo, la dureza de la corteza de la semilla. Las semillas con una corteza dura toman mayor tiempo para germinar. Entre estas semillas podemos mencionar la guanabana, el anon o el corazón. Para facilitar y acelerar la germinación en este tipo de semillas se puede escarificar la semilla antes de su siembra, esto es, rallar un poco la corteza con papel de lija para permitir que el agua la humedezca con mayor facilidad. Otra técnica para el mismo propósito es dejar en remojo las semillas durante 24 horas antes de la siembra. Esto provocara que la semilla se sature de agua y facilite su germinación.

Ya con estos datos a la mano podemos escoger entre las técnicas de germinación que más nos convengan y aplicarlas en el huerto en nuestra próxima siembra.